Mi madre y mi hermano se han ido a misa. Es raro el que yo no me haya ido, pero no tanto si tenemos en cuenta que ha habido "movida".
Ya las broncas no son como las de antes. Antes era yo el que provocaba, el que estaba pinchando. Ahora no es así, simplemente (y según palabras de mi madre) "soy un sinvergüenza y un bocazas".
Ni tan siquiera son los mismos temas. Los he dejado atrás, pensando que así sería mejor, y viendo la ausencia de resultados. Hoy ha sido por un curso de inglés de la Seguridad Social, que estoy haciendo a nombre del trabajador de la Oficina. Yo digo que el título lo va a recibir él, pero mi mamá está empeñada en que estará a mi nombre.
Así ha empezado, y ha acabado. La conversación no ha ido derivando a otras parcelas de la vida, como otras veces. Por lo demás, ha sido muy corriente. Ella gritando y echándome cosas en cara, y yo también, pero sin gritar.
No entiendo porqué tengo que ser yo el malo, cuando no lo soy. Es cierto que estoy más deslenguado que otras veces porque estoy amargado (en el fondo, no lo puedo negar), pero las respuestas de mi madre son totalmente irracionales a la situación.
Aparento que no me afectan, pero, ¡ja!, no es así tampoco eso. ¿Cómo no me va a importar que se me digan cosas como "Ni se te ocurra volver a ir a ninguna parte conmigo" o "Ya tenemos el día chafado por el niñato"?
De veras, pensad lo que queráis, pero no creo que sea justo. Seré un niñato que siempre huele a mierda, pero las respuestas no son proporcionales. En fin, siempre hay algo.
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