lunes, 22 de agosto de 2011

Reflexión tras la JMJ.

Los días previos a que ocurriera la JMJ pude observar en las redes sociales que más frecuento un gran revuelo. En el Tuenti, la gente rebatía o aprobaba los estados en los que se mostraban opiniones sobre este acontecimiento. En el Twitter, más de lo mismo. Es absolutamente normal que distintos individuos muestren su opinión, y den argumentos; pero me llama la atención que niñatos/as de corta edad discutan sobre los datos macroeconómicos que se desprenden de estas Jornadas. ¿Tenéis alguna leve idea? La mayoría no. La mayoría toman datos expuestos por periódios o noticieros partidistas. Simplemente hacen uso de eso para encubrir sus auténticos razonamientos, de los que no tienen tantos argumentos.
El Estado ha puesto 50 millones de euros para la puesta a cabo de este evento. Tratándose de una "visita pastoral y de Estado" el gasto ha sido descomunal, claro está. No obstante, ¿qué otra visita estatal tiene que el efecto que va a tener la JMJ? Los estudiosos apuntan a que va a generar unos beneficios de 100 millones de euros. Con esto quiero dejar ver que la JMJ, desde un punto alejado, no es cualquier cosa.
Como mínimo, espero que los supuestos enteradillos dejen de hablar tanto. Yo no se nada de estos datos. Y nadie (menos los que se muevan en ese ámbito) sabrá todo lo que ha tenido que moverse (tanto aquí como en el Vaticano) para llevar a buen puerto este acontecimiento.
Es de extrañar que el Gobierno se haya implicado tantísimo. Es otro punto de disputa, aunque me remito a lo anterior. Cualquiera ciudad desea ser la sede de estos hechos tan monumentales (como unas Olimpiadas) porque las consecuencias que trae son igualmente monumentales. Por ello tanta acción gubernamental (el interés, el interés...).
El año pasado, en el programa de la Cope "El Espejo", ya se comenzó a hablar de la JMJ. Esto es, más de un año organizando, de cara a la ciudadanía. Ha sido una terrible coincidencia que la visita del papa haya llegado en un momento en que la situación del Cuerno de África es más urgente que nunca. Los contrastes entre dos situaciones tan divergentes han sido más llamativos que nunca. Sí que pienso que la Iglesia adolece de cierta fastuosidad, aunque también es cierto que son reliquias la mayoría de sus bienes. Por otro lado, la crisis de África no se solucionará únicamente con inmensas cantidades de dinero. ¿No lo habría depositado ya la Comunidad Internacional? Sí, porque lo tiene. No obstante, simplemente sería un alivio pasajero. Con esto no quiero parecer un desalmado (soy muy sensible ante las tragedias humanas) pero los problemas de África y otros lugares son causa de numerosos factores. Claro está, el primero es la sequía prolongada que están padeciendo. La solución, nuevas técnicas de cultivo, no puede llegar debido a revueltas, no-gobierno, dictaduras, etc. La gestión y solución ataca a tantos frentes que es cuanto menos fácil. Aparte, hay que decir la notable presencia de la Iglesia (los misioneros) en todas estas zonas del mundo más desfavorecidas.
También se han hecho muchos chistes sobre el hábito y la pedofilia. No creo que a este colectivo le sea justo etiquetarse así. Degenerados hay en todas partes, pero para llevar la vida tan sacrificada que llevan, deben de tener una fe que ninguna persona ordinaria puede concebir.

Llegados a este punto, puede parecer que soy un pro-JMJ. La verdad es que también veo muchos aspectos "llamativos", como que para ser voluntario tengas que pagar. Hay muchos gastos, aunque, junto con las donaciones, seguro que algo ha sobrado. Otra cosa es en qué se gaste el dinero.
Simplemente trato de ponerme en una posición neutral. Si me decanto en la argumentación por la JMJ es porque está siendo la más atacada mediáticamente.
A nivel interno, la JMJ ha sido un espectaular evento. Y para las personas que hayan estado mucho más. Me habría gustado estar presente, por estar rodeado de esa multitud ferviente y contagiosa. Por supuesto que tiene sus claroscuros, pero nada es lo que parece (ya lo decía Madonna en "American Life"), y, aunque habrá muchos incongruencias que se queden por desentarrar, los asistentes se han movilizado por un sentimiento común, organizando un evento del que ha estado pendiente el Mundo. Y eso lo encuentro muy bonito.

P.D. Para dejar de lado malentendidos, no soy una persona ferviente. Es más, a veces soy muy dejado, llegando a renegar. También es cierto que en los momentos de más hecho mano de la religión, y trato de no ser tan interesado.

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