jueves, 21 de julio de 2011

We Were At War.

Yo, We at war
We at war with terrorism, racism but most of all we at war with ourselves
Jesus Walks


God show me the way because the Devil trying to break me down
Jesus Walks with me, with me with me with me

Jesus Walks

God show me the way because the Devil trying to break me down

Jesus Walks with me

The only thing that I pray is that me feet don't fail me now

Jesus Walks

And I don't think there is nothing I can do now to right my wrongs
Jesus Walks with me

I want to talk to God but I'm afraid because we ain't spoke in so long

"JESUS WALKS", TERCER SINGLE DEL DEBUT DE KANYE WEST - "THE COLLEGE DROPOUT"



No se me ocurre mejor forma de empezar la entrada que con la introducción y estribillo de una canción mayúscula como es esta. Fue toda una revelación esta canción, ya que Kanye se muestra como creyente, y eso no es algo que atraiga las ventas. Sorprendentemente fue un gran éxito.



En la canción nos habla de diversas guerras, como se puede leer en el primer párrafo. "La mayoría de nosotros estamos en guerra con nosotros mismos..." Es bastante profundo, ¿no creéis? Muchas veces buscamos enemigos invisibles cuando en realidad están más cerca de lo que nos gustaría.



Todos habremos oído a alguien decir "Se está echando a perder...". ¿Es esa persona consciente de lo que está haciendo?




Voy a dejarme ya de rodeos. Hace tiempo que no escribo de una forma más personal, y hoy ha llegado el momento. En toda guerra hay un bando perdedor y otro ganador. Lo temía, pero al final he acabado con la cabeza agachada.



No creas que a mí me gustaba el ambiente tan tenso que se creaba, pero tenía una meta, que chocaba con la de terceros. Claro está, un chaval de 17 años, ¿qué coño va a conseguir? Ya me resulta difícil llegar algún día más tarde (aparte de motivos personales, pero son ocasiones puntuales), como para aspirar a nada más.



"Este es el Verano" me repetía obsesivamente, y era lo que me empujaba a seguir "dando la vara como un martillo pilón". El año pasado lo centré en los estudios ante la incapacidad de compaginar nada, pero ahora era MI momento.



Los argumentos no servían de mucho. Seguramente pensaba que era "la edad" y que "se pasaría en unos meses". Ante la desesperante inmovilidad, ya reaccionaba de forma menos ortodoxa, y era un círculo vicioso.



Al final ya se me ha quedado la cosa clara. Mientras viva bajo el mismo techo, tendré que amoldarme. Vamos, que si sigo empeñado, me tengo que marchar de casa.



No creas que no he pensado varias veces irme de casa, pero dejaría a mi hermano, a la Oficina... Mi madre también, aunque lo mismo hace que me quede, como que me entren ganas de marcharme con viento fresco.



Ante esa disyuntiva, me he tenido que doblegar. He firmado mi sentencia. Ya no puedo esperar nada.



Odio estas entradas, porque se parecen a las de los blogs depresivos, en las que hablan místicamente como si fueran el centro del mundo. Os contaría todo el asunto, pero es demasiado largo, y bueno, quizás alguno lo considere inmaduro (para mí no).



En fin, todos sufrimos, y, desde luego, habrá millones de personas que lo estén pasando mucho peor que yo. No quiero dar más bombo a un asunto que estaba siendo demasiado largo. Entendedme, había renunciado a estos dos años, y ya tenía todas las miras puestas ahora. Ha sido un golpe muy grande, que no me esperaba recibir.



Puede haber sido un berrinche por mi parte, pero de tener otro carácter mi madre, no habría tenido que actuar de aquella manera. No se en qué jodido mundo vive, pero desde luego, no es el mío. Trata de convencerme de cosas que, por más que las mire, no las veo así. No. No No.




¿Y ahora qué puedo esperar?

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