Pan y Chocolate

Hoy, mientras ponía la mesa, me fijé que la barra de pan tenía una extraña mancha parduzca. Finalmente, me tuve que comer ese trozo. "Puaj, el trozo requemado siempre para mí" pensé antes de ingerirlo. Mis mano sujetaba temblorosa el trozo mientras poco a poco lo acercaba a la boca. ¡Ánimo Monster!, me lo conseguí comer... y era chocolate.
Son estas pequeñas cositas tan extrañas del día a día las que te hacen sonreír, ¿no creéis? No me refiero que nuestra vida quede enteramente condicionada por esto, pero ayudan a mantener la curiosidad.
Son estas pequeñas cositas las que me hacen pensar en que el mundo gira sin ton ni son, pero que hay momentos, milésimas de segundo, en las que parece que me mira.
Os voy a decir otros momentos similares:
· Una noche tuve que ir corriendo a urgencias por unos extraños bultitos que me encontré a la cabeza. No resultó ser nada malo, pero volví a mi casa de madrugada por la larga espera que soporté. De vuelta, vi una moneda de 1 céntimo en el suelo, como puesta únicamente para mí. Creo que nunca he encontrado dinero por el suelo, así que me puse loco de contento.
· Un día me encontré en la puerta de mi casa un clavel rojo, un poco marchito y aplastado, pero un clavel al fin y al cabo.
· Esta pasada semana de evaluación, el día del último examen justo antes de hacerlo, di una patada (andando, no porque sí XD) al suelo, y salió rodando, como de la nada, una moneda de cinco céntimos, brillante como el sol.
· Compré un paquete de pegatinas de Bob Esponja para vacilar un poquillo al profe de Filosofía, y las coloqué en el trabajo que le tenía que entregar (que saqué un 10, por cierto :D). Más tarde, voy a tirar el plástico, cuando me doy cuenta de que en un borde hay algo escrito, ¿sabéis qué? Pues esto:

We have hopes because we have love

Tenemos deseos porque tenemos amor

¿Os esperáis encontrar semejante cita filosófica en un paquete de pegatinas? Obviamente, iba acompañado del omnipresente "Made in China".