17.

Ayer cumplí 17 años, y la semana pasada fue con diferencia la más intensa de los 16.
Para empezar, llevo ya un tiempecito arrastrando una (vamos a llamarlo) "mancha" ahí abajo.
Siempre que la veía pensaba "Ya se irá". No señor, ahí seguía, y me inquietaba cada vez más. Finalmente, lo digo el lunes sin haberlo pensado mucho. Proteínas y Ciruela empezaron a decir que podía ser cáncer, que me iba a morir...
Luann me mandó un mensaje por la tarde diciéndome que si era negro, se trataba de un melanoma (tumor de rápida extensión). Por suerte, no era así, y me tranquilicé un 2%.
El martes, día de la Almudena, me fui a tres urgencias. No aguantaba más en casa, y le dije a mi madre que me iba al cine con mis amigos.
Contar lo que pasó esa tarde necesita de una entrada entera, que prometo hacer cuando acaben los exámenes.
La conclusión a la que llegué fue: "Lo normal habría que hubieras mantenido relaciones sexuales sin protección, pero sino, puede ser muchas cosas. No te preocupes, y que te mire tu médico de cabeza".
El miércoles se lo dije a Regaliz, para alguien me cubriese las espaldas en clase y en Grupos. Reaccionó mucho mejor, incluso pareció tomárselo a broma. "Monster, que te lo miren. Esa parte es MUY IMPORTANTE XD". Estuvimos todo el día de éso, y al siguiente sobre lo que iba a hacer.
El viernes corrí más de lo que he corrido en toda mi vida. Fui a mi casa, al Centro de Salud Paseo Imperial para pedir cita con mi doctora (¿desde cuándo lo más tarde son las 12:51?), y después en Grupos.
Tampoco sé muy bien porqué se lo dije en privado al monitor, pero en fin...
Al salir, La Galana (necesitaría muchas entradas, pero es la persona que más lamento haberse alejado) me cogío del brazo. Me pregunta "¿Qué te pasa Monster?". Contesto "Mal". Y a partir de la Puerta de Toledo, hasta el Carrefour City del Paseo Vallejo-Nájera le estuve hablando de "éso", de lo agarrado que estaba en casa, de lo mucho que lamentaba haberme vuelto tan cerrado, pasota...
Aunque nunca volvamos a ser tan amigos como antes, siempre mantendré el recuerdo del viernes 12 de noviembre.
Al llegar a casa, después de toda esa semana, estaba más contento de lo que he estado en años. Tengo unos amigos buenísimos, que se preoupan por mí y me tranquilizan.
A pesar de no haber hecho nada de lo que me propuse para los 16, veía que el año no había sido nada malo (todo lo contrario), y que todo podía ser en los 17. Por primea vez (también en un par de años) era optimista ante mi futuro.


Todo lo que sube, baja. Y eso me pasó ayer por la tarde. Todo el año esperando para ver si por mi cumpleaños mi madre se ablandaba, cedía... pero no.
Un año pensándolo, ansiando llegar el 13 de noviembre, para nada. Es terrible la desilusión y el desengaño, y eso era lo que sentía ayer, y hoy en menor medida, con más serenidad. "Otro año como éste no", pensaba.
Heché un par de lagrimitas antes de irme a dormir, y ¡Buenas Noches!
Aparte de las movidas que tengo en la cabeza, me encuentro fatal por mis amigos. No puedo ser tan egoísta, después de cómo son ellos conmigo. Es el enfrentamiento entre lo que quiero hacer, y lo que debo de hacer.