Ayer, por la radio, me enteré de la tragedia acontecida en Castelldefels. Murieron 13 jóvenes, y otros 14 están heridos.
Por lo que me enteré, estaban pasando las vías del tren, cuando éste apareció a menos de 100 metros y no se puedo ya detener su avance.
Fríamente, la culpa es de los jóvenes, por su imprudencia. Tenían ganas de fiesta, y no podían perder ni un minuto.
Pero, ¿voy a ser yo el que les culpe? No, porque yo también me salto constantemente pasos de peatones, porque sé lo que es la prisa que se siente cuando te falta tiempo y quieres vivirlo al máximo. Más de una vez ha estado un coche a punto de caramelo conmigo, y han sido momentos de gran abrumamiento. "¿Cómo ha llegado hasta aquí?".
Siempre he estado en los momentos previos pensando, con el iPod, o no miré hacia atrás al cambiarme de acera sin pasar por el paso de cebra.
La verdad es que todos podríamos haber sido alguna de esas víctimas. Somos jóvenes, y creemos que tenemos que vivir muchas cosas y deprisa. Yo pienso así, aunque no tan radicalmente como rockeros y demás.
Cualquier palabra de lamentación es ridícula y burda, no se pueden transmitir la respuesta ante la magnitud de los hechos. No puedo emplear ninguna, pero les mando un beso y un abrazo fortísimos a todos los que estén afectados de una forma u otra por esta tragedia.
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