¡Hola a todos! Llevo cosa de una semana sin escribir, y lo noto en falta. La semana que viene empiezan los exámenes de evaluación, y estoy en un estado de histeria total. No se cómo voy a ser capaz de meterme 4 o 6 temas de seis asignaturas, aunque de algunos ya me haya examinado antes. Debería de seguir estudiando, pero creo que ahora tengo un merecido descanso, al fin y al cabo, únicamente debo de estudiar Filosofía para cumplir mi horario (que ahora se ve considerablemente ampliado).
De lunes a viernes, nada. El sábado 20, goce estético (Coming Soon). Así se pueden resumier los siete días anteriores.
Cambiando de tema, ¿nunca os habéis levantado de buen humor, pero al cabo del día os habéis olvidado de aquello que os provoca semejante estado? A mí sí, hoy mismo. Me he levantado con energía y vitalidad como ninguna otra mañana, pero ya hacia el mediodía estaba grisáceo. No tenía nada por lo que estar especialmente contento, especialmente teniendo en cuenta que dentro de una semana tengo los exámenes finales, pero ahí estaba un algo que me empujaba a ser dicharachero. Por desgracio, ese algo buscó otro residente en el que hospedarse. No es que me deprimiese, simplemente se me pasó la chispa y volví al estado normal de las cosas.
Por las influencias freudianas que están ejercienco sobre mí el libro de "La Histeria", llevo tiempo intentando descubrir los orígenes de mi insatisfacción, y creo haberlos encontrado.
Los recuerdos y sucesos que han tenido en mi vida parecen ser la causa de esta sensación que me acecha de cuando en cuando. Uno de los hechos que me acercaron más a mi burda teoría tuvo lugar esta semana. Salía de mis clases de matemáticas extraescolares, y estaba esperando con un amigo y una amiga míos en el pasillo a que saliesen otros compañeros de la clase de enfrente (que estudian para el First). Empezaron a decir tontería y demás, y yo era parte de ese florecimiento espontáneo de paridas. Todo parecía seguir un ritmo corriente, hasta que poco a poco empecé a irme quedando fuera del círculo. Si no fuera tan susceptible y detallista, no prestaría la menor atención a ciertos aspectos que se me estaban presentando entre ambos personajes.
"¿Están liados?"pensé. "¿Mantienen un rollete?¿Follamigos?". Eran solamente sospechas mías, nada de importancia objetiva, pero luego la chica dijo que le quería y que se había besado. Nada serio, lo típico, la noche es joven y borrachina. Solo eran amigos, eso sí que lo dejaron claro cuando vieron el careto que puese (no dije nada, habría sido muy cantoso).
Cuando ya estábamos juntos los que nos quedábamos a extraescolares, fuimos a nuestras casa. Los cuatro (entre los que estaban los personajillos anteriores, y dos chicas más) se fueron por un camino diferente del mío. Estaba solo para irme a casa, y me fastidió bastante, pero no me importaba. Tenía todo el camino para mí.
Todo el camino para pensar en el hecho tan breve que había tenido lugar hace cosa de cinco minutos, pero que me llevó a un profundo quebradero de cabeza. No es que sienta nada por ninguna de las personas anteriores, en serio, no son celos, ni cosas así. No desvariemos, cada cosa en su sitio. Lo que me dejó impactado era su tremenda confianza, capaza de rompero los rígidos esquemas que tengo sobre la amistad y el rollete. Además, puedo decir que este chico me robó al que fue durante un tiempo mi mejor amigo (aunque pensándolo con calma, somos demasiado diferentes), es decir, era el mejor amigo de dos personas, una de ellas mi ex mejor amigo (vuelvo a repetir, era más palabra que un hecho en sí, pero aun así...), le cuentan todo, sin dejarse nada. Lo que pensé fue que si yo era tan impotante para alguien. Yo doy mucha importancia a las amistades, y coloco a todos mis amigos en pedestales. Hay gente en la que confío plenamente, al cien por cien, pero creo que no es recíproco. Esta duda me carcome, y estoy tremendamente susceptible ante cualquier señal.
De lo que más me arrepiento en la vida es de haber dejado pasar un poco a mis amigos de primaria, y no quiero que ocurra lo mismo con los de secundaria. Aunque esta posibilidad sea lejana, todo se está concretando cada vez más, los círculos se vuelven cada vez más pequeños, y yo no se en qué posición quedo. Tengo amigos, pero no todos lo somos en el mismo grado. ¿Pertenezco a un grado superior para alguien? No quiero involucrar a la gente, ni pensar "Ésta personita seguro que sí". Soy tremendamente desconfiado, necesito constantes pruebas (eso es celos, ¿no?), y sería brusco si preguntase a la gente "¿Piensas en mí, como mejor amigo?
Para acabar,¿Es culpa mía? (a veces me pregunto, "¿el qué?, solo soy un estúpido alarmista")Puedo decir que sí, pero, ¿en qué me he equivocado?Al menos en estar así...
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