Sentir las entrañas encogerse.

Hoy ha sido un tremedamente lluvioso...

Esta tarde he quedado con Ciruela y Proteínas para ayudarlas Filosofía. Ya lo había hecho con cada de una de ellas, pero nunca conjuntamente. Conociéndolas, una con mucha prisa, y la otra con muy poca; pero ambas bastante vagas en este sentido.
Como de costumbre, me pasé antes por casa de Ciruela. Decía que tenía mucho sueño y cansancio (mis malos presagios iban tomando forma).
En casa de Proteínas, tardamos casi una hora en arrancar. Luego, me tuve que enfrentar a explicar el contexto histórico de los presocráticos, Pitágoras, Heráclito y Pármenides. Creo que lo he hecho bastante bien, y por unos momentos me he sentido en la piel de mi profesor de Filosofía. Es horriblemente difícil poner un ejemplo a cosas que, más que entenderlas, las rozas a ciegas y con la palma de los dedos. Mis ejemplos han consentido en un boli-realidad, cambios radicales de ropa y más.
Después de esto, ¡momento de descanso! Yo no soy para nada amigo de este momento, a menos de haber estado dos horitas. Fuimos a la cocina, y comenzamos a hablar de mis pastillas para el acné (Dorcutane 30 gr.), mis inquietantes sueños (el último, el asesinato del Comisario de "Águila Roja", por parte de la Marquesa, perforándole la yugular con dos dedos).
Yo miraba el reloj agobiándome. 10, 15, 20, 25 minutos... Finalmente, y sin sorprenderme, acordaron no estudiar nada más. Al fin y al cabo, estaban derrotadas de haber bailado cuatro tandas seguidas en la Máquina de Bailar.
Seguimos hablando, y acabamos tocando el tema que empieza por S, acaba en O, tiene una E, y ésta seguida de una X. Sí, sexo.
Por lo visto, las dos tenían ganas de marcha. En fin, estaban salidísimas, sobre todo Ciruela. Yo no, porque la época de estudiar es completamente antimorbo. No me extrañó nada que empezasen a hablar de mi paquete, ya lo han hecho antes.
Sin embargo, Ciruela empezó una historia que ,más que la vida real, parecía una broma. Solo era una chiquillada, un pequeño juego sexual entre un tío y una fémina que no acabó en nada, pero me quedé sorprendido. Era una bomba.
No sería la única que cayese. Después me contaron una "travesura" (no sé qué nombre emplear) de hace unos añitos. Antes, solo me había enterado de retazos, y ya sabía la idea principal. Pero desconocía que se hubiese repetido varias veces. Y sobre todo, (y preferiría no haberme enterado nuna), el que participase alguien.
Al oírlo, sentí las entrañas encogerse, el corazón parar para luego latir a la velocidad de la luz, y entrar en shock.
No estoy preparado para algo así. No es nada raro, estamos en edades peligrosas, el actuar más rápido que pensar... Pero no estoy preparado ni para oírlo, y mucho menos acompañado de risas y miradas pícaras.

Esta mañana, he estado recordando, junto a mi hermano, momentos felices. Momentos felices en un supermercado, el Carrefour de Ciudad Los Ángeles.
Hace más de dos años solíamos ir mi padre, mi madre, mi hermano, y yo. Entonces para mí era muy distinto, pero ahora miro atrás, y veo una deliciosa rutina del sabado. Cuatro horas en un descafeinado Centro Comercial, haciendo la compra de la semana. El inicio de la Navidad era cuando colocaban las ofertas junto a estrellas, sombras de los Reyes Magos, regalos, estrellas y demás motivos.
Echo mucho de menos aquella época. ¿Será por éso mi pequeña obsesión de dibujar supermercados?

Después, estuvimos viendo algunos vídeos y fotos que tenía Proteínas en su ordenador. También flipé un poco, pero no prestaba mucha atención. Además, Ciruela empezó a tocarme las partes, creo que más de broma que otra cosa.
Cuando salimos, Ciruela y yo mantuvimos una tensa chara sobre lo poco que salgo, para acabar hablando sobre mi proyecto de salir del armario. Va adquiriendo consistencio.

Añoro 6° de Primaria. Fue la época en la que brillaba con luz propia, como las estrellas.